Acero en alza, industria en espera
La producción de acero crudo creció 4,3% interanual en julio y alcanzó 327.500 toneladas. El repunte contrasta con caídas en otros segmentos industriales y deja a la vista un desafío mayor: transformar este insumo estratégico en desarrollo productivo sostenido.
INDUSTRIA
GloCal


Un repunte en medio de la recesión
La producción de acero crudo alcanzó en julio las 327.500 toneladas, lo que representa un crecimiento del 4,3 % interanual y una mejora del 2,3 % respecto de junio, de acuerdo con datos de la Cámara del Acero Argentino difundidos por Infobae. Se trata de un alivio en un contexto general de recesión industrial y caída del consumo.
El repunte se explicó principalmente por un mejor desempeño de los laminados en caliente, que crecieron 5,8 % frente al mes anterior, y de los planos en frío, con un alza del 9 % interanual. Sin embargo, la producción de hierro primario cayó más de 22 % respecto a 2024, lo que muestra que la recuperación no es uniforme.
El contraste sectorial
Los números de la siderurgia conviven con una foto más heterogénea en los sectores demandantes. La construcción mostró una leve reactivación en los despachos de cemento, pero aún por debajo del año pasado. El automotriz retrocedió 15 % interanual en julio por paradas de planta, aunque acumula una suba del 10 % en los primeros siete meses del año. En tanto, la maquinaria agrícola mantiene sus pedidos, aunque con riesgos por tasas altas y competencia de equipos importados.
Este contraste revela una tensión de fondo: mientras la producción de acero muestra capacidad de reacción, las industrias que lo utilizan como insumo clave enfrentan limitaciones estructurales y un mercado interno debilitado.
Desarrollo pendiente
Desde la perspectiva desarrollista, el dato positivo de la siderurgia no debe leerse en forma aislada. El acero es el insumo de la industria moderna, pero su verdadero valor se concreta cuando se transforma en maquinaria, vehículos, herramientas o infraestructura.
El desafío argentino está en multiplicar los encadenamientos productivos: que cada tonelada de acero crudo se traduzca en más valor agregado, exportaciones con tecnología y empleo de calidad. De lo contrario, el repunte coyuntural puede diluirse en una economía que todavía muestra capacidad ociosa y desigualdades entre grandes empresas y PyMEs.
El crecimiento del 4,3 % en julio es una señal alentadora. El reto es que no quede como un dato aislado, sino que sea la base para una estrategia industrial sostenida que conecte la siderurgia con toda la trama productiva del país.