Al servicio del desarrollo social y productivo

En el marco del 54° aniversario de la Universidad Nacional de Río Cuarto, GloCal continúa su ciclo de entrevistas con referentes clave de la comunidad universitaria. En esta ocasión, dialogamos con la Dra. Marisa Rovera, primera rectora mujer de la UNRC, científica, docente y defensora de una universidad comprometida con el territorio.

SOCIAL

En esta entrevista, Rovera reflexiona sobre los desafíos de la vinculación tecnológica, la función social de lo público, las tensiones en el contexto actual y la universidad que sueña construir junto a la comunidad.

—¿Qué significa para usted, en lo más íntimo y también en lo político, haber sido elegida rectora de esta universidad pública por sus propios pares?

“Lo interpreto como el fruto del ser y hacer institucional, no circunscrito solo a mi persona y mi condición de mujer, sino como proyecto político-institucional de universidad construido colectivamente, sobre la base del respeto, el diálogo, las diferencias y la confianza.”

—¿Desde su visión, cómo se traduce la idea de “territorio, producción y desarrollo” en las decisiones estratégicas de la UNRC?

“La UNRC tiene un anclaje territorial y su rol y responsabilidad social deben estar al servicio del desarrollo social y productivo, especialmente de la región, con proyecciones y alcances nacionales e internacionales. La educación universitaria pública concebida como un derecho universal es un bien común y se debe a quienes la sustentan; con capacidad de transformar y transformarse frente a nuevos desafíos; pilar fundamental y estratégico para promover el bienestar de los ciudadanos, a través de la formación de profesionales de excelencia y la generación de conocimientos y tecnologías socialmente útiles, transferibles a sectores públicos y privados, con alcances sociales a todos los sectores, que permitan potenciar el desarrollo y la calidad de vida de las personas.”

—¿Cuáles son las dificultades, luces y sombras, las contradicciones de la vinculación de la universidad con el medio que la desafían e interpelan?

“El gran desafío es lograr consolidar la sinergia entre el potencial innovador y el conocimiento generado en la universidad con los sectores socio-productivos y el Estado. Aún existe una distancia entre los tres componentes. Las vinculaciones impulsadas desde la universidad deben permitir no solo transferir unidireccionalmente los saberes, sino también retroalimentar el sistema. Hoy el mayor capital tecnológico y humano está en las universidades e instituciones científicas públicas; el gran desafío es sostenerlo y robustecerlo, logrando una genuina y verdadera integración entre el sistema científico con el sector socio-productivo. Las universidades están bajo una presión creciente para demostrar un impacto que contribuya al desarrollo. Las asociaciones son vistas como motores esenciales de innovación, crecimiento económico y soluciones a desafíos sociales. La transferencia de tecnología es vital para convertir la investigación académica en aplicaciones prácticas, formando capital humano y generando nuevos productos, emprendimientos y empleos.”

—¿Cómo se gestionan las tensiones externas e internas sobre el modelo de vinculación entre la universidad y el territorio?

“La universidad es parte de la sociedad, no es ajena a las interpelaciones internas y externas, que parecen profundizarse. La universidad pública como institución de educación superior brega por la formación profesional y ciudadana de sus estudiantes. Buscamos fortalecer un modelo de gestión abierto, democrático, plural y respetuoso de las diferencias.”

—¿Qué desafíos éticos y políticos surgen frente a la fragmentación social que se presenta dentro y fuera de la universidad?

“El 'entramado social', se ve fuertemente influenciado por la interacción entre el sector público y el sector privado y ambos juegan roles cruciales en el desarrollo social, económico y cultural. La reversión de la fragmentación social y el desencanto popular es una condición necesaria para la construcción de una sociedad democrática plena; en este sentido las universidades jugamos un rol significativo, promoviendo políticas de inclusión, programas en materia de bienestar estudiantil, seguimiento de trayectorias, ampliando los alcances sociales y apuntalando los procesos de transformación social.”

—Hace pocos días usted presidió una reunión del CIN. ¿Cómo impacta la actual ausencia de un Ministerio de Educación y el desfinanciamiento del sistema nacional de Ciencia y Tecnología?

“El CIN alerta con gran preocupación sobre la grave situación del sistema científico-tecnológico del país. De no revertirse, se profundizará el impacto del desfinanciamiento del sistema científico nacional; las universidades públicas son parte sustancial en este sistema. Lleva décadas lograr la formación de recursos humanos calificados y generar conocimientos y tecnologías. Esto requiere de una inversión sostenida, la que se ha interrumpido abruptamente. De no revertirse, se verá afectada la calidad de la formación de los estudiantes de grado y posgrado; la funcionalidad del equipamiento; la adquisición de nuevas tecnologías, la posibilidad de desarrollos experimentales, la infraestructura, la formación de recursos humanos, la prestación de servicios a la comunidad, entre otros aspectos que derivan de la falta de inversión y que repercuten de manera directa en el sostenimiento del sistema universitario y científico nacional.

Actualmente presido la comisión de Vinculación Tecnológica del CIN. Es un ámbito que permite el debate y el repensar la vinculación tecnológica desde las universidades, sosteniendo la firme convicción que es un eje clave para el desarrollo del país.”

—¿Cómo se puede llegar a una reflexión situada y no partidizada de este problema de política pública con docentes, estudiantes y una comunidad que adscribe al modelo económico y de transformación del Estado actual?

“Es un escenario complejo y más aún cuando, en ocasiones, el análisis lleva a situaciones excluyentes, por posicionamientos estrictamente ideológicos que invalidan un debate plural, en el que puedan escucharse todas las voces. En mi opinión la estrategia para que la reflexión represente la diversidad que habita la universidad radica en no profundizar la fragmentación y la divergencia; promoviendo la unidad y la convergencia estratégica en defensa del objetivo común, aun con miradas y perspectivas diferentes. El sistema universitario y científico nacional representan conquistas de toda la sociedad argentina (a modo de ejemplo, da cuenta de ello el acompañamiento de la sociedad en las marchas federales en defensa de la educación pública) y frente a políticas de Estado que desfinancian y ponen en tela de duda el sentido y legitimidad social de estos sistemas, además del reclamo, el desafío es repensarnos, transformarnos…., reafirmando la fuerte convicción en defensa de la educación pública argentina. La universidad representa una muestra de la sociedad; sería un concepto reduccionista imaginar que el respaldo a un modelo económico pueda ser un elemento suficiente que ponga en jaque un derecho universal, legitimado por la Constitución y la LES. Escenarios complejos como los que estamos transitando deben representarnos oportunidades de mejora, innovación y transformación; redoblar el esfuerzo para seguir garantizando el acceso libre y gratuito a la educación superior.”

—Desde su gestión se ha comenzado un proceso muy valioso de consulta sobre el Plan Estratégico de la universidad. ¿Qué áreas del conocimiento considera prioritarias para el futuro en docencia, investigación y extensión?

“Todas las áreas del conocimiento son socialmente útiles; la interconexión entre saberes, la multi y transdisciplina son clave a la hora de proyectar un abordaje crítico en la búsqueda de soluciones y respuestas frente a problemáticas diversas. La integralidad de las funciones sustantivas de la universidad necesariamente requiere de la producción de conocimientos en todos los campos del saber.”

—¿Construyendo una visión o un sueño: qué perfil de universidad desea proyectar en los próximos años?

“Una universidad impulsora del desarrollo territorial y reconocida por la sociedad, por la formación de profesionales de excelencia y por el compromiso con la comunidad en todas sus dimensiones.”