Autoelevadores: seguridad que produce

La Resolución 960/2015 obliga a reforzar la seguridad en autoelevadores, pero el verdadero valor está en la gestión empresaria: prevenir accidentes en logística interna es una estrategia que reduce costos, cuida la organización y asegura competitividad industrial.

INDUSTRIA

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En la industria, los autoelevadores son como las venas del cuerpo: transportan insumos, conectan procesos y sostienen el ritmo de la producción. Pero también son fuente de riesgos graves. Choques, vuelcos o fallas técnicas no solo afectan la salud del operador: pueden frenar una planta completa y generar pérdidas millonarias.

Consciente de esta realidad, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo dictó la Resolución 960/2015, que establece requisitos mínimos de seguridad para la fabricación, operación y mantenimiento de estos vehículos. No se trata de un tecnicismo legal: la norma responde a un problema concreto. La experiencia demostró que, en la manipulación de autoelevadores, los riesgos son altos y las consecuencias, costosas tanto en vidas como en balances.

La resolución fija estándares precisos: placas identificatorias con la carga máxima, cabinas reforzadas, cinturones de seguridad, espejos retrovisores, extintores, dispositivos de aviso de retroceso, mandos que eviten accionamientos involuntarios y asientos diseñados ergonómicamente. También obliga a chequeos diarios del equipo, mantenimiento trimestral a cargo de profesionales y capacitaciones teórico-prácticas para los operadores, con revalidaciones anuales. En definitiva, no deja margen para la improvisación.

Ahora bien, más allá de la letra de la ley, el impacto económico es evidente. Cada accidente evitado significa menos indemnizaciones, menos paros de línea, menos litigios. La logística interna es uno de los puntos donde la prevención se traduce directamente en competitividad: una operación fluida, segura y profesionalizada permite entregar a tiempo, sostener estándares de calidad y responder con confianza a clientes y mercados.

Desde lo organizacional, la norma también genera valor. La capacitación periódica de los operadores fortalece su rol, mejora la comunicación en planta y crea un sentido de responsabilidad compartida. Tener autoelevadores en buen estado, señalización clara y protocolos definidos reduce la incertidumbre y construye una cultura de orden que se refleja en toda la empresa.

En Córdoba, donde la industria depende de procesos logísticos intensivos, la implementación de la Resolución no debería verse como una carga regulatoria, sino como una oportunidad de modernizar la gestión interna. Porque en un mercado cada vez más exigente, la seguridad no frena la producción: la hace posible