Bilateral al margen de los BRICS
La visita de Narendra Modi a Argentina mostró el potencial de una relación estratégica con India. Pero el gesto quedó opacado por la ausencia de Argentina en la cumbre de los BRICS+, reflejo del aislamiento autoimpuesto por su alineación automática con EE.UU.
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La visita del primer ministro de India, Narendra Modi, a Buenos Aires este domingo marcó un hecho histórico: fue la primera visita bilateral de un jefe de gobierno indio en más de medio siglo. En un contexto global donde el Sur Global redefine sus alianzas, el gesto fue significativo. Sin embargo, la imagen del encuentro con Javier Milei quedó eclipsada por una contradicción estratégica: Argentina se mantiene al margen del bloque BRICS, incluso cuando teje vínculos con sus principales impulsores.
Modi resumió la jornada con una declaración contundente:
“Mi visita a la Argentina ha sido productiva. Confío en que nuestras conversaciones darán un impulso significativo a nuestra amistad bilateral y concretarán el gran potencial que existe. Le doy las gracias al Presidente Milei, al Gobierno y al pueblo de Argentina por su calidez.” (@narendramodi)
La agenda fue amplia y concreta. El primer ministro destacó:
“El Presidente Milei y yo conversamos acerca de cómo diversificar los lazos comerciales, la cooperación en agricultura, defensa, seguridad, energía y más. Existe un inmenso campo de acción en áreas como la farmacéutica y el deporte.” (@narendramodi)
Pero mientras la Argentina sellaba este entendimiento bilateral, India se dirigía a la cumbre de los BRICS+ en Brasil, donde se delinean las coordenadas de una multipolaridad alternativa. La decisión del gobierno argentino de renunciar a su incorporación al bloque, comunicada en diciembre de 2023, reveló una orientación internacional centrada en alianzas ideológicas con Estados Unidos e Israel, dejando de lado espacios que podrían potenciar la voz del país en el Sur Global.
Desde la mirada Glocal, el problema no está en el gesto de diálogo con India, sino en la falta de una estrategia multilateral coherente. El mundo debate su orden entre la guerra comercial y el multilateralismo basado en reglas. Argentina establece vínculos con potencias emergentes, pero renuncia a integrarse a los espacios que estas mismas potencias promueven.
En el tablero geopolítico del siglo XXI, las alianzas bilaterales suman, pero no reemplazan los foros donde se disputa el poder real. El abrazo entre Milei y Modi fue cálido, sí. Pero sin una política exterior autónoma y de largo plazo, la Argentina corre el riesgo de quedarse con la foto, pero sin la silla en la mesa.