Cepo, soja y reservas: el nuevo equilibrio inestable

A dos meses de la flexibilización parcial del cepo, el programa económico del 11 de abril muestra efectos mixtos: agrodólares en alza, reservas netas estancadas y un endeudamiento externo que aún no despega.

AGRO

Jorge Vasconcelos. Revista Novedades, Fundación Mediterránea,

Desde el 11 de abril, el Gobierno nacional activó un nuevo andamiaje cambiario con impacto directo en el mercado externo: apertura parcial del cepo para personas físicas, eliminación del esquema “blend” para exportadores, bandas de intervención en el tipo de cambio y facilidades para el ingreso y repatriación de divisas de personas jurídicas. El objetivo: achicar la brecha, mejorar la liquidez y reordenar la cuenta corriente.

Según el análisis publicado por Jorge Vasconcelos, economista jefe de la Fundación Mediterránea, estos cambios ayudaron a reducir la brecha cambiaria a niveles mínimos, y permitieron al BCRA emitir deuda (Bontes) en el mercado internacional. Sin embargo, las reservas netas —según la metodología del FMI— siguen en terreno negativo, en torno a los 7.800 millones de dólares, muy lejos de la meta de –2.600 millones comprometida para julio.

En abril, la foto del balance externo mostró un superávit comercial de bienes por 1.214 millones de dólares, pero fue opacado por tres cifras rojas: un déficit en servicios reales de 1.161 millones, una fuerte demanda de “dólar ahorro” por 2.010 millones, y una salida neta por inversión extranjera directa de 659 millones.

El salvavidas parece llegar por la “temporada alta” de soja. En mayo, la liquidación alcanzó los 3.054 millones de dólares, y se espera un ritmo de hasta 180 millones diarios hasta mediados de julio, impulsado por la baja temporal de retenciones que vence el 30 de junio.

Pero el cuadro es más complejo. Las reservas brutas crecieron por aportes del FMI y organismos multilaterales, pero los dólares genuinos siguen escaseando. El riesgo país continúa en 680 puntos, lo que impide al Estado financiarse a tasas sostenibles. La posibilidad de una nueva emisión de Bontes, o incluso un REPO de 2.000 millones, son las cartas que el gobierno baraja para cumplir con el FMI sin enfriar aún más la actividad económica.

En definitiva, el programa del 11 de abril logró calmar los mercados, pero no resolvió los desequilibrios estructurales. En palabras de Vasconcelos, Argentina “sigue buscando reservas en un contexto donde cada dólar cuesta, y cada decisión pesa”.

Fuente: Jorge Vasconcelos (2025). Revista Novedades, Fundación Mediterránea, edición del 8 de junio.