Claves para una política industrial GloCal.

La diversificación productiva y el impulso a las exportaciones representan una oportunidad que no podemos desaprovechar para fortalecer el desarrollo industrial de Río Cuarto.

La diversificación productiva y el impulso a las exportaciones representan una oportunidad que no podemos desaprovechar para fortalecer el desarrollo industrial de Río Cuarto.

Las grandes economías están reactivando sus políticas industriales, enfocándose en sectores estratégicos, innovación tecnológica y sostenibilidad. En este contexto, el informe Luces y sombras de la política industrial en Argentina en el siglo XXI de la Fundación Fundar destaca que el país no puede quedarse atrás.

El documento analiza las últimas dos décadas de política industrial en Argentina, evidenciando cómo el país ha fluctuado entre modelos de intervención estatal y apertura de mercado. Si bien ha habido avances en algunos sectores, la falta de continuidad y consensos ha obstaculizado un crecimiento sostenido. Sin embargo, el informe enfatiza que el desarrollo industrial sigue siendo esencial para la generación de empleo, la promoción de la innovación y el fortalecimiento de la autonomía económica.

Para Río Cuarto, esto representa una gran oportunidad. Su entramado productivo tiene el potencial de diversificarse, incorporar tecnología y agregar valor a sus actividades tradicionales. Sectores como la agroindustria, las industrias del conocimiento y la industria alimentaria pueden convertirse en pilares fundamentales de la exportación si se potencia su desarrollo.

La diversificación no solo es una estrategia de crecimiento, sino una necesidad. Apostar por nuevas cadenas productivas permite generar empleo, mejorar los ingresos y posicionar a la región en los mercados internacionales. Exportar productos con mayor valor agregado fortalece el mercado interno y, al mismo tiempo, proyecta la producción local al mundo.

El informe de Fundar deja un mensaje claro: el crecimiento económico y la creación de empleo de calidad dependen de políticas industriales que acompañen al sector privado, fomenten la innovación y sostengan el crecimiento a largo plazo. La clave está en articular esfuerzos entre el sector público y privado para aprovechar las oportunidades globales y locales, impulsando así un desarrollo industrial sostenible y competitivo.