Crecimiento Urbano producción y empleo.
El ordenamiento territorial, la producción y el empleo están estrechamente relacionados en el desarrollo de las ciudades.


El ordenamiento territorial, la producción y el empleo están estrechamente relacionados en el desarrollo de las ciudades. Una pregunta fundamental que debemos hacernos es: ¿cómo llegan los alimentos a nuestras mesas o al carrito del supermercado?
En el borde de nuestras ciudades, donde el cemento da paso a los campos, se encuentra un espacio productivo esencial: el cordón verde. Estas tierras abastecen de frutas, verduras y productos frescos, pero están cada vez más amenazadas por la expansión urbana desordenada y la presión inmobiliaria. Cuando el mercado inmobiliario avanza sin planificación, los pequeños productores son desplazados y la ciudad pierde una fuente clave de empleo y abastecimiento local. A esto se suma la necesidad de evaluar cuántos de los alimentos que consumimos provienen de nuestra propia agroindustria local.
Una ciudad inteligente no solo crece, sino que también protege y potencia sus zonas de producción agropecuaria, integrándolas a su desarrollo. Esto implica fortalecer los mercados de cercanía, mejorar la logística de distribución y generar incentivos para que el sector agroindustrial siga siendo competitivo dentro del ecosistema urbano. No se trata de elegir entre crecimiento urbano o producción agropecuaria, sino de articular ambos para lograr un desarrollo equilibrado y sostenible.
Si se priorizan únicamente los grandes proyectos urbanos sin considerar el impacto en la producción de alimentos y el empleo, las ciudades terminarán dependiendo de mercados externos, con mayor informalidad y pérdida de oportunidades económicas locales. La clave está en un planeamiento territorial que armonice las funciones de la ciudad, asegurando que el cordón verde no sea visto como un obstáculo para el crecimiento, sino como un pilar de su sostenibilidad.
Una ciudad que fomenta su producción agroindustrial no solo genera empleo y bienestar, sino que también fortalece su autonomía y estabilidad económica. El desarrollo sostenible es posible cuando se integran producción y urbanización en un mismo modelo de crecimiento.