Del agro al petróleo
El sector de maquinaria agrícola ha sido históricamente un motor del desarrollo productivo argentino, con un clúster regional altamente especializado y consolidado (Clúster Empresarial de la maquinaria agrícola- CECMA)
AGRO
Mary Borghi y Andrea Bianchi.


El sector de maquinaria agrícola ha sido históricamente un motor del desarrollo productivo argentino, con un clúster regional altamente especializado y consolidado (Clúster Empresarial de la maquinaria agrícola- CECMA). Se trata de uno de los más dinámicos del país, ubicado en el corazón productivo nacional, donde se articula una red de empresas, instituciones y saberes que han transformado una tradición metalmecánica en una plataforma de innovación industrial.
Existen cientos de empresas que con el tiempo se fueron consolidando en torno a las terminales de la maquinaria agrícola. Son industrias con ingeniería propia, conocimiento acumulado, vocación industrial y fuerte arraigo territorial. Sin embargo, la alta concentración sectorial y la estacionalidad del mercado agropecuario plantean límites al crecimiento sostenido.
¿Y si esas capacidades pudieran diversificarse hacia otros sectores estratégicos, como el petróleo y el gas? ¿Y si Vaca Muerta no fuera solo una promesa extractiva, sino también una oportunidad industrial para las regiones del centro del país?
La buena noticia es que ese camino ya comenzó a explorarse. Las redes de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), sumadas a enfoques de innovación abierta, están generando espacios de articulación efectivos para impulsar esa reconversión inteligente, sin perder identidad ni trayectoria.
De la maquinaria agrícola, a proveedores industriales estratégicos
Muchas empresas del sector de máquinas agrícolas, poseen capacidades técnicas, procesos industriales y cultura productiva que pueden ser perfectamente adaptados a los requerimientos del sector energético. Procesos como el corte y plegado de chapa, mecanizado de precisión, soldadura especializada, desarrollo de componentes entre otros, son saberes ya instalados en las pymes del rubro agrícola, que pueden responder a demandas del petróleo y gas, desde estructuras metálicas y piezas para perforación hasta servicios de mantenimiento industrial.
La reconversión no implica abandonar el agro, sino complementarlo: ampliar el horizonte de negocios, reducir la estacionalidad y aumentar la competitividad. El desafío está en identificar brechas tecnológicas, certificar procesos, comprender normas de calidad específicas aplicadas al oil & gas y establecer vínculos con las nuevas cadenas de valor del sector.
El clúster como plataforma de diversificación
En la región centro del país, el Clúster Empresarial CIDETER de la maquinaria agrícola (CECMA), el centro Tecnológico CIDETER (como coordinador tecnológico del clúster) y la red de cámaras sectoriales, ofrecen un entorno propicio para una estrategia de reconversión inteligente. Estas organizaciones ya trabajan junto a organismos como INTI, INTA, universidades y agencias de desarrollo en el fortalecimiento de capacidades para nuevos desafíos productivos.
Muchas de las PyMEs del clúster tienen experiencia en exportación y adaptación tecnológica. Han incorporado procesos de digitalización, robótica, big data, inteligencia artificial, en línea con las exigencias del agro 4.0. Esta base tecnológica también puede ser reorientada hacia la industria del petróleo y gas, que requiere cada vez más soluciones integradas, automatizadas y de alta precisión.
¿Cómo se puede lograr esta reconversión?
Aquí es donde las redes de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) y la innovación abierta se convierten en herramientas clave para esta reconversión. Estas redes permiten articular a las empresas con universidades, centros tecnológicos, gobiernos y otros actores del ecosistema productivo, donde juntos pueden diseñar estrategias que contemplen asistencia técnica, formación de recursos humanos, acceso a financiamiento, y desarrollo conjunto de soluciones tecnológicas.
Sabemos que la colaboración entre actores diversos es lo que hace posible el salto hacia nuevas oportunidades. La innovación abierta rompe la lógica del encierro empresarial y promueve la co-creación: una empresa plantea una necesidad o desafío, y un centro tecnológico o universidad responde con una propuesta. Esta dinámica, aplicada al proceso de reconversión, puede acelerar el ingreso a nuevos sectores sin perder competitividad en el mercado de origen.
Las convocatorias público-privadas, los programas de co-diseño con centros tecnológicos o los consorcios de innovación son ejemplos de instrumentos que ya se están utilizando en sectores. El clúster de maquinaria agrícola, con su dinamismo probado, está bien posicionado para aprovechar estas oportunidades.
Es importante destacar que ni las empresas ni el Centro Tecnológico CIDETER pueden contar con profesionales para cada necesidad específica que surja en el proceso de reconversión. Para ello, existen las vinculaciones tecnológicas, que permiten conectar demandas concretas con capacidades disponibles en el sistema científico-tecnológico. Estas vinculaciones son fundamentales para abordar desafíos complejos y específicos, facilitando el acceso a conocimientos y tecnologías que de otra manera serían inaccesibles para muchas PyMEs.
Conclusión
En un país con tanto potencial como Argentina, reconvertir no es abandonar: es evolucionar. Las empresas del clúster de maquinaria agrícola han demostrado capacidad de innovación, vocación exportadora y compromiso con el desarrollo local. Hoy, tienen la oportunidad de dar un paso más: convertirse en actores industriales estratégicos en una de las cadenas de valor más dinámicas del país, que es el sector energético.



