El Futuro de la Industria: en clave GloCal.
Hace unos meses, en el Congreso Metalúrgico Latinoamericano, tuvimos la oportunidad de conversar con Jostein Hauge, profesor de la Universidad de Cambridge.


Hace unos meses, en el Congreso Metalúrgico Latinoamericano, tuvimos la oportunidad de conversar con Jostein Hauge, profesor de la Universidad de Cambridge. Su visión inspiradora está plasmada en su libro The Future of the Factory, donde analiza cómo las megatendencias globales están transformando la industrialización y, con ella, nuestras economías. Hauge sostiene que la industrialización sigue siendo la columna vertebral del desarrollo económico, incluso en un mundo impulsado por la automatización, los servicios digitales y el cambio climático. Pero, ¿cómo traducimos esta idea a nuestras ciudades?
A nivel local, no basta con hablar de política fiscal; para generar un ciclo proactivo de crecimiento es fundamental una política industrial bien definida. Aunque pueda parecer un tema exclusivo de las naciones o grandes conglomerados, la realidad es distinta. Son las ciudades y municipios el escenario donde los procesos industriales cobran vida. Diseñar una política industrial local significa planificar estrategias para atraer y retener industrias, fortalecer el desarrollo endógeno, aprovechar ventajas competitivas y vincular a las empresas con centros de formación y tecnología.
Por ejemplo, una ciudad que fomenta la formación técnica o desarrolla parques industriales especializados no solo genera empleo, sino que también garantiza que esos empleos sean los del futuro. Las políticas de planificación y desarrollo urbano deben contemplar la producción y mitigar los desbalances urbanísticos y de inversión que el mercado, por sí solo, no corrige.
Apostar por la sostenibilidad industrial no solo implica cuidar el medio ambiente, sino también generar nuevas oportunidades económicas en sectores emergentes. Hauge nos recuerda que las ciudades del Sur Global enfrentan desafíos adicionales debido a la concentración de poder en las economías del Norte. Sin embargo, no estamos condenados al rezago. Con políticas locales bien orientadas, es posible sentar las bases para un desarrollo industrial inclusivo y sostenible.
Los responsables de diseñar políticas públicas deben comprender que el futuro de nuestras economías locales no ocurrirá por accidente. Se requiere liderazgo y visión estratégica. Una política industrial local no es un lujo, sino una necesidad para el progreso económico de nuestras comunidades. Es momento de tomar el control de nuestro desarrollo, porque, como bien plantea Hauge, la fábrica del futuro no será la misma, pero seguirá siendo esencial para el crecimiento. Solo así podremos mantener la industria en marcha.