El mapa invisible de la inteligencia

El Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2025, elaborado por la CEPAL y el CENIA de Chile, revela cómo se distribuye el conocimiento digital en la región. Entre promesas de soberanía tecnológica y brechas persistentes, América Latina busca su lugar en la revolución algorítmica.

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GloCal

El nuevo Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2025 llega en un momento bisagra. Elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) junto al Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA) de Chile, el informe traza un mapa preciso —y también inquietante— de cómo los países de la región están incorporando la inteligencia artificial en sus economías, sus instituciones y su cultura.

Con más de cien indicadores, el ILIA mide tres dimensiones centrales: factores habilitantes (infraestructura, datos y talento humano), investigación, desarrollo y adopción, y gobernanza. Chile, Brasil y Uruguay lideran el ranking; Colombia, Costa Rica y Perú los siguen de cerca. Pero detrás de los números aparece un patrón más profundo: la velocidad del cambio no es la misma en todas partes. Mientras algunos países avanzan con estrategias nacionales y políticas de formación, otros aún carecen de conectividad básica o de capacidad de cómputo para desplegar tecnologías de frontera.

El estudio fue coordinado por Rodrigo Durán, Antonia Moreno y Sebastián Adasme (CENIA), junto a Sebastián Rovira, Valeria Jordán y Laura Poveda (CEPAL), en el marco de la Alianza Digital Unión Europea–América Latina y el Caribe, con financiamiento de la estrategia Global Gateway de la Unión Europea. Es, en palabras de sus autores, un intento de “poner evidencia donde antes había intuición”, para transformar el entusiasmo por la IA en políticas públicas reales y medibles.

El ILIA 2025 confirma una paradoja latinoamericana: la región adopta con rapidez las tecnologías de consumo —chatbots, plataformas generativas, aplicaciones— pero invierte apenas el 1,12% de la inversión global en IA. Esa brecha no es solo económica; es política, educativa y cultural. Por eso, los autores insisten en que la inteligencia artificial no debe pensarse solo como herramienta tecnológica, sino como proyecto de desarrollo.

Desde la perspectiva de GloCal, el ILIA 2025 no es solo un ranking: es una radiografía del futuro. Un llamado a integrar la ciencia, la industria y el Estado en una estrategia común que permita a América Latina dejar de ser territorio de prueba para convertirse en productora de inteligencia propia, soberana y con identidad regional.