¿Estrategia de desarrollo o de subdesarrollo?

La política industrial vuelve a ocupar un lugar central en las estrategias de desarrollo de los países, según el informe El renacimiento de la política industrial en el mundo, desarrollado por Fundar.

La política industrial vuelve a ocupar un lugar central en las estrategias de desarrollo de los países, según el informe El renacimiento de la política industrial en el mundo, desarrollado por Fundar. Este documento analiza por qué las naciones están redoblando sus esfuerzos en fortalecer sus sectores productivos y cómo Argentina puede sumarse a esta transformación.

La industria no es solo producción; es autonomía estratégica. La pandemia evidenció los riesgos de depender del exterior para bienes esenciales, mientras que conflictos como la guerra en Ucrania resaltaron la importancia de la producción local en áreas clave como energía, alimentos y tecnología.

Estados Unidos y China encabezan esta reactivación. En Estados Unidos, leyes como la de Reducción de la Inflación y la de Ciencia y CHIPS han duplicado la inversión en política industrial entre 2019 y 2022. China, por su parte, lidera las exportaciones manufactureras y domina sectores estratégicos como baterías, 5G y energía solar.

Para Argentina, el desafío es no quedarse atrás. La industria puede ser un pilar clave para la generación de empleo formal, la reducción de desigualdades territoriales y la construcción de un futuro sostenible. Sin embargo, esto no sucederá de manera espontánea. Se requieren políticas bien diseñadas y orientadas a conectar las necesidades del presente con las oportunidades del futuro.

En este contexto, es fundamental que las políticas municipales y provinciales se alineen con un enfoque productivo. Fortalecer parques industriales, ordenar el desarrollo urbano, incentivar la formación de clústeres productivos locales, mejorar las capacidades de las pymes mediante capacitación y acceso al financiamiento, y fomentar la innovación tecnológica son estrategias esenciales para que las economías regionales lideren esta transformación.

No basta con debatir si debemos apoyar a la industria; la pregunta clave es cómo hacerlo mejor. Colocar la producción en el centro de la estrategia de desarrollo es el camino para generar empleo de calidad y garantizar un crecimiento sostenido y equitativo.