Innovación en conjunto

Desde el corazón del maíz estadounidense, Cristian De Angelo —subsecretario de Ciencia y Tecnología de la UNRC— reflexiona sobre los modelos de cooperación entre universidad e industria que conoció durante la Misión Agtech USA 2025. En el marco de la Semana Nacional de la Vinculación Tecnológica, propone pensar cómo adaptar esos aprendizajes al ecosistema argentino.

INDUSTRIA

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Entrevista a Cristian De Angelo | Subsecretario de Ciencia y Tecnología – UNRC

Por Redacción GloCal

—¿Qué aspectos del ecosistema Agtech estadounidense le resultaron más llamativos en relación al vínculo entre universidad e industria?

Lo que más me impactó fue el modelo de trabajo articulado entre universidades, grupos de investigación y empresas. En muchos casos, estas empresas se instalan directamente dentro del campus universitario, lo que facilita una colaboración fluida, utilizando tanto los recursos como los resultados de investigación.

Acá todo está muy aceitado: desde la transferencia tecnológica hacia las empresas hasta la creación de startups a partir de los desarrollos universitarios. Hay incubadoras y centros especializados en acelerar esos procesos, todo funcionando dentro de la universidad. Me parece que este es un punto clave del modelo: el trabajo conjunto, el co-desarrollo, el avance compartido, el licenciamiento de tecnologías con herramientas muy afinadas, que hacen que los desarrollos pasen rápidamente de la investigación a la industria.

—¿Qué parte de ese modelo cree que podría adaptarse al contexto argentino?

Muchos de estos ejemplos nos permiten pensar cómo llevar algo de eso a nuestra realidad. Por supuesto que hay diferencias, pero facilitar la vinculación entre universidades e industrias para impulsar innovación conjunta es central.

Desde nuestro lugar, podríamos fortalecer el desarrollo conjunto, los procesos de licenciamiento de tecnologías, e incluso escalar algunas experiencias que ya se hacen en la universidad: ensayos, pruebas piloto, validaciones de prototipos. También podríamos acompañar mejor a las startups en esa etapa crítica donde hay que pasar del laboratorio a la prueba de escalado. Si logramos implementar parte de este modelo, sería un avance muy valioso para todo el ecosistema.

—¿Qué oportunidades concretas de colaboración se abren a partir de esta misión?

Diría que se abren muchas, en distintos niveles. Para empezar, encontramos muchos argentinos trabajando y liderando grupos de investigación en las universidades que visitamos. Eso facilita muchísimo el diálogo inicial para pensar intercambios, pasantías o estancias para becarios de grado y posgrado.

También se abren posibilidades con las empresas. Varias están lideradas por argentinos, y eso sin duda abre puertas. Podemos comenzar a trabajar en convenios, articular investigaciones o incluso proyectos conjuntos que nos ayuden a consolidar esa vinculación. Es una oportunidad sumamente valiosa.

—¿Qué significado tiene esta misión en el marco de la Semana Nacional de Vinculación Tecnológica?

Esta misión fue significativa en muchos sentidos. Por un lado, nos permitió ver cómo trabajan allá, con prácticas más consolidadas en algunos aspectos. Pero también nos sirvió para reflexionar sobre nuestras propias brechas.

Estuvimos compartiendo esta experiencia con empresarios, funcionarios del gobierno provincial y otras universidades. En ese espacio común pudimos discutir abiertamente cómo mejorar lo que hacemos, cómo fortalecer nuestro ecosistema. El viaje fue muy rico en sí mismo, pero también por cómo fue pensado: una misión con representación de distintos sectores, que permite que cada uno vuelva con ideas concretas para seguir construyendo desde su lugar.