Innovar, vincular, crecer
En el episodio de Rompecabezas, Dolly Llovera profundiza cómo el CTDA relanza su Vivero Industrial para acompañar a emprendedores y proyectos productivos desde la idea hasta el prototipo, impulsando vinculación tecnológica, diseño y comunidad industrial.
INDUSTRIA
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Un puente entre emprendedores y tecnología
Para Dolly Llovera, responsable de Vinculación del Centro Tecnológico de Arteaga (CTDA), el desafío central es reducir la distancia entre la tecnología disponible y quienes necesitan usarla.
Esa reflexión surgió al momento de diseñar el nuevo Vivero Industrial, que amplía la mirada más allá del metal y se abre a todos los proyectos de base productiva.
“Cuando empezamos a trabajar el programa —explica Llovera— nos dimos cuenta de que los emprendedores son muchísimo más permeables al uso de la tecnología y de la innovación.”
Ese punto de partida permitió actualizar el enfoque: acompañar ideas, prototipos y desarrollos con una estructura metodológica que conecte necesidades reales con capacidades técnicas.
Un vivero para nacer, crecer y escalar
Llovera detalla que el Vivero Industrial acompaña tres momentos clave del desarrollo emprendedor:
Idea: validar si la propuesta es técnicamente realizable.
Prototipo: asesorar en materiales, diseño funcional y prototipo operativo.
Aceleración: sustituir procesos artesanales por procesos industriales para producir con mayor escala.
En esta nueva edición del programa, el CTDA trabaja con 29 proyectos, de los cuales 23 fueron seleccionados por sectores industriales, y 6 llegan derivados de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNC, con fuerte impacto en innovación.
Esa diversidad confirma para Llovera un diagnóstico claro: “Muchos de estos proyectos nacen en aulas universitarias o talleres técnicos, pero necesitan un lugar donde probarse, equivocarse y encontrar soluciones.”
Capacitación, asesoramiento y comunidad
El Vivero Industrial no es solo acceso a máquinas. Es un dispositivo de formación y acompañamiento sostenido.
El programa incluye:
49 horas de capacitación técnica en diseño y desarrollo de productos, con perspectiva industrial.
19 horas de asesoramiento técnico grupal.
10 horas de asesoramiento técnico individual.
El CTDA aporta además un equipo multidisciplinario de ingeniería y diseño, y tecnología de alto valor: impresoras 3D de gran formato, laboratorio de control dimensional, metrología y un centro de mecanizado de cinco ejes.
Pero para Llovera, el diferencial está en la construcción colectiva:
“Es fundamental hacer comunidad. Las redes asociativas permiten construir juntos lo que solos no podemos.”
El programa busca que los emprendedores se conviertan en microindustriales capaces de integrarse al entramado productivo cordobés y, en el futuro, a las cámaras industriales.
Innovación aplicada con identidad cordobesa
Los proyectos que ingresan al Vivero Industrial muestran la amplitud del ecosistema que acompaña el CTDA: desde desarrollos para la industria biomédica —como dispositivos para Parkinson o ganglio centinela— hasta soluciones industriales y prototipos creados por estudiantes.
Para Llovera, esta dinámica responde a una convicción profunda: la innovación se fortalece cuando se articula entre sectores, cuando une universidad, industria y comunidad emprendedora.
La misión del Vivero es clara: acompañar sueños, validar procesos y dar el soporte técnico que permite transformar proyectos en productos reales.
“Cuando un emprendedor llega al CTDA —resume— encuentra un equipo dispuesto a hacer junto a él lo que solo no podría hacer.”
