Invertir en educación

Un nuevo informe revela grandes desigualdades en la capacidad de las provincias para transformar recursos educativos en aprendizajes reales. Con el modelo DEA y la corrección Simar-Wilson, el estudio muestra quiénes aprovechan mejor su inversión y quiénes podrían mejorar sin gastar más.

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Un país que invierte, pero no siempre aprende

En Argentina, la discusión sobre financiamiento educativo suele centrarse en cuánto se gasta, pero el informe de Argentinos por la Educación invita a mirar un nivel más profundo: qué tan bien se usan esos recursos. Bajo el marco de la Ley 26.206 —que fija un mínimo del 6% del PBI consolidado en educación— las provincias aportan en promedio el 75% del esfuerzo fiscal. Sin embargo, el estudio confirma que mayor inversión no garantiza automáticamente mejores aprendizajes. Provincias con altos niveles de gasto relativo, como Santa Fe, no logran necesariamente mejores resultados que otras con menos recursos, como Mendoza o Salta.

Córdoba, CABA y Formosa: eficiencia sobre el promedio

Aplicando el modelo de Análisis Envolvente de Datos (DEA), corregido por Simar-Wilson, el informe establece un ranking relativo de eficiencia. Cuando se analiza el esfuerzo fiscal por alumno entre 2012 y 2023 y los aprendizajes de Lengua y Matemática en Aprender 2023, CABA (92%), Córdoba (89%) y Formosa (84%) se posicionan como las jurisdicciones más eficientes. En el extremo opuesto, Chaco, Catamarca y Tucumán exhiben los menores niveles, con márgenes de mejora que podrían alcanzar entre 48 y 52 puntos porcentuales sin necesidad de aumentar la inversión actual.

El uso de recursos físicos: otro lente para mirar el sistema

El estudio también analiza un segundo modelo basado exclusivamente en insumos físicos: equipamiento, conectividad, jornada, relación alumnos/cargo y suplencias docentes. Bajo este enfoque, la eficiencia aumenta en casi todas las provincias, reflejando la mayor homogeneidad de estas dotaciones. Aquí, los mejores desempeños corresponden a Chubut, Misiones, Córdoba y CABA. El contraste entre ambos modelos sugiere que, en muchos casos, la ineficiencia está más vinculada a la estructura de costos y la gestión que a la disponibilidad material.

El contexto importa: menos eficiencia donde hay más dependencia nacional

El análisis final introduce variables contextuales que no dependen de la gestión educativa. Un hallazgo clave: las provincias que dependen más de recursos nacionales presentan menores niveles de eficiencia. Esto indica que la autonomía financiera y la fortaleza institucional provincial juegan un rol decisivo en la capacidad para transformar inversión en aprendizaje.

En síntesis, el informe ofrece una radiografía precisa: Argentina no solo necesita más inversión educativa, sino también mejor gestión, mejores decisiones y un enfoque más inteligente sobre cómo se usa cada peso.