Más que educación, un Concejo

En tiempos en los que lo urgente suele devorarse lo importante, una noticia reconfortante irrumpe en la agenda legislativa de Río Cuarto.

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En tiempos en los que lo urgente suele devorarse lo importante, una noticia reconfortante irrumpe en la agenda legislativa de Río Cuarto. El Concejo Deliberante declaró de Interés Legislativo y Educativo el libro Educación y Mercado Laboral, una publicación realizada por la Cámara de Industriales Metalúrgicos en colaboración con el portal GloCal.

La iniciativa fue presentada por el concejal Gustavo Perlo, presidente de la Comisión de Desarrollo Económico, y rápidamente sumó adhesiones de todos los bloques, en lo que promete ser una señal potente: es posible construir acuerdos cuando el horizonte es colectivo. Perlo no solo propuso la declaración, sino que también convocó a las y los concejales a pensar juntos una política de empleo que supere el cortoplacismo, que imagine —sin miedo— un contrato social productivo con los jóvenes en el centro.

El libro —fruto de una investigación rigurosa y comprometida, realizada en las escuelas técnicas de la ciudad— pone en palabras lo que muchas veces se intuye pero no se dice: que el mundo laboral se ha transformado, que la educación técnica necesita acompañar esos cambios y que los jóvenes tienen algo que decir. Sus voces, recogidas con respeto y profundidad por el equipo de autoras y autores, interpelan a todos los sectores: al Estado, al sistema educativo, a las empresas, a los gremios, a la sociedad toda.

Desde GloCal celebramos este gesto institucional, no como un reconocimiento a una edición en papel, sino como una señal de madurez política, de sensibilidad territorial, de voluntad transformadora. Porque cuando la política se encuentra con el conocimiento, y cuando ambos se anclan en lo local, algo nuevo germina. Algo que no es solo diagnóstico, sino propuesta. No solo problema, sino posibilidad.

"Más que un libro, es una herramienta para construir futuro", dijo uno de los concejales durante la sesión. Y no se equivocó. Porque en esa sala, entre bancas y palabras, se empezó a tejer una idea poderosa: que Río Cuarto puede ser una ciudad que no se conforme con sobrevivir al presente, sino que decida planificar, cuidar y proyectar.

Y para eso, claro, se necesita algo más que educación. Se necesita un concejo.