Mercado y territorio: una economía desde la lógica de la reproducción de la vida.

En un contexto de crisis y ajuste, Henry Chiroque Solano propone pensar el desarrollo desde los territorios, articulando redes productivas, empleo y sostenibilidad. Desde la universidad pública, se impulsa una economía que no busca acumular capital, sino reproducir la vida y fortalecer los circuitos locales de valor.

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Desde la Universidad Nacional de Quilmes, Henry Chiroque Solano dirige la Incubadora Universitaria en Economía Social y Solidaria (IUESS) y forma parte del Programa Universitario de Incubación Social (PUIS). Es docente del Departamento de Economía y Administración, así como también profesor en posgrados de la misma institución y de la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR). Su trabajo articula docencia, extensión e investigación con territorios que construyen otra forma de producir y de vivir. En esta entrevista, compartimos su mirada sobre el poder transformador de la economía social, la innovación con base comunitaria y los desafíos actuales que enfrenta la universidad pública.

¿Qué es el PUIS? Sembrar procesos, no solo proyectos

—El PUIS es un programa de innovación y transferencia que trabaja en la incubación de procesos. Tiene un planteamiento bastante innovador, ya que rompe con el enfoque tradicional de incubación. En lugar de incubar solo emprendimientos individuales, propone incubar procesos sociales desde el entramado territorial de actores: organizaciones, instituciones, actores comunitarios. Es decir, trabaja sobre un territorio y una problemática determinada.

—Nosotros abordamos el desarrollo socioeconómico desde ahí, especialmente desde la economía y los mercados, y trabajamos con todo lo vinculado a las finanzas.

¿Qué distingue a la IUESS de otras incubadoras?

—La Incubadora Universitaria en Economía Social y Solidaria tiene como eje trabajar con procesos colectivos, no con emprendimientos individuales. Incuba procesos vinculados a los circuitos socioeconómicos alimentarios, desarrollando valor en esos circuitos desde una lógica solidaria.

—La elección de este eje responde a una disputa estructural por el alimento, frente a los procesos de concentración de mercado. Por eso, trabajamos desde tres niveles: los circuitos cortos —que son relaciones directas entre productores y consumidores con mínima intermediación—; los circuitos mayoristas —que permiten escalar y abastecer organizaciones e instituciones—; y los circuitos de compra pública o mercados institucionales, como programas municipales o sindicatos. A partir de ahí pensamos cómo abastecer a gremios, sindicatos, instituciones públicas.

Una economía con rostro humano

—La economía social y solidaria la concebimos desde una lógica de reproducción de la vida. Esto implica atender necesidades, condiciones y demandas de los territorios. Es una economía que tiene en cuenta los vínculos sociales y la sostenibilidad, y que no pone en el centro la acumulación de capital, sino la satisfacción de necesidades con una lógica ética.
—Trabajamos desde una perspectiva que prioriza al ser humano y no a la rentabilidad económica.

Circuitos que sostienen la vida

El concepto de circuito nos permite pensar cómo se articula el desarrollo territorial, la generación de valor, el empleo. Nos permite fortalecer producciones locales, generar que los excedentes queden en el territorio y mostrar cómo funcionan estos circuitos desde la universidad.

—Desarrollamos procesos con cooperativas, construimos mercados, y pensamos estrategias de comercialización con agregados de valor. También analizamos el abastecimiento, la distribución y el consumo. Todo eso es parte del enfoque territorial de la incubadora.

Ejemplos concretos

—Una forma de mostrar esto es el almacén universitario, donde se comercializan productos regionales. Ahí se ve la visibilización de los circuitos. Por ejemplo, productos de la cooperativa La Linga, que produce fideos, hamburguesas y milanesas veganas. Todo esto nos permite reflexionar sobre cuánto trabajo se organiza a partir de estos procesos.
—Esa es la potencia del concepto de incubación.

Innovar desde abajo: Innovación e innovación social

—El concepto de innovación lo pensamos desde la sustentabilidad del entramado de procesos. Queremos generar mejores condiciones de vida. Un ejemplo claro es la red de mercados territoriales de agricultura familiar, que innova al articularse con productores locales y generar acuerdos de precios que enfrenten la inflación.

—También trabajamos sobre la lógica de la compra pública desde sectores cooperativos o de emprendedores, y cómo construir consumo organizado.

Impacto de la coyuntura política y presupuestaria

—Hoy la situación presupuestaria y el vaciamiento de programas de asistencia técnica, ciencia y tecnología, afecta directamente estos procesos de innovación territorial. Es clave visibilizar el trabajo que hace la universidad, que no es solo dar clases.

—La universidad aprende del territorio, lo investiga, y genera plataformas de comercialización. Todo eso está en riesgo.

—Por eso es importante seguir construyendo, replicar metodologías, llegar a más lugares con actividades que articulen docencia, extensión e investigación.

Redes, empleo y esperanza

—A pesar de la coyuntura, logramos generar circuitos, empleo, producción, redes de cooperación. Lo hicimos con pocos recursos, pero con mucha articulación territorial.
—El desafío es sostener estos procesos, lograr financiamiento, seguir articulando con el sector público y privado, y pensar en cómo escalar sin perder el enfoque social.

Reflexión final: Alianzas para transformar

—A quienes están pensando en involucrarse en estos proyectos les diría que no tengan miedo. Es momento de organizarse, de buscar alianzas, de pensar colectivamente. Lo importante no es solo tener una idea, sino articularla en un proceso que transforme el territorio.
—Y al sector privado le diría que se anime a colaborar. Hay muchas maneras de participar: comprando, articulando, asesorando.

—El desafío es pensar que la innovación también puede venir de los márgenes, de los territorios, y no solo de los centros de poder económico.