Metalúrgica en rojo: ¿estamos ante el final del rebote?
La industria metalúrgica cerró agosto con un retroceso del 6,1% interanual y del 2,3% mensual. El empleo cayó casi 3% y la capacidad instalada está en mínimos históricos. Los motores de la recuperación se apagaron y las expectativas empresariales anticipan estancamiento.
INDUSTRIA
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El informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) revela un agosto difícil para el sector. Tras un arranque de año que había dado señales de recuperación, la actividad retrocedió con fuerza: la producción cayó -6,1% interanual y -2,3% en relación a julio, dejando un saldo acumulado de apenas 1,6% de crecimiento en 2025.
La utilización de la capacidad instalada se desplomó a niveles históricamente bajos, con una baja de 3,2 puntos porcentuales respecto de 2024. El empleo también se resintió: -2,9% interanual y -0,5% mensual, confirmando que la contracción golpea tanto a la producción como al trabajo.
Los sectores que habían traccionado en el primer semestre ahora muestran fatiga. Maquinaria Agrícola cayó por primera vez en el año (-1,9%) y Carrocerías y Remolques desaceleró (+6,8%). En cambio, las caídas se profundizaron en Autopartes (-12,6%), Fundición (-14,4%) y Bienes de Capital (-8,1%). Otros rubros, como equipamiento eléctrico y médico, también perdieron dinamismo.
La situación es igual de preocupante en las cadenas de valor. Agropecuaria (-4,9%) y Alimentos y Bebidas (-5,7%) retrocedieron después de varios meses positivos. Automotriz, Construcción y Consumo final cayeron cerca del -9%. Energía, minería y petróleo también permanecen en rojo.
A nivel provincial, Santa Fe apenas se sostuvo con un +0,2%, mientras que Buenos Aires sufrió la peor caída (-8,7%). Córdoba y Mendoza rondaron el -4,5%, consolidando un mapa productivo dominado por la retracción.
En el comercio exterior, la foto es doble: las importaciones metalúrgicas treparon un 23% interanual (USD 2.281 millones) y las exportaciones crecieron 25,9% (USD 527 millones). Un dato que sugiere que la dinámica externa es más favorable que la interna.
Las expectativas empresariales refuerzan el clima pesimista: tres de cada cuatro firmas creen que su producción no crecerá en el corto plazo y más del 90% no proyecta aumentar el empleo.
En síntesis, la industria metalúrgica enfrenta un quiebre: el “rebote” del primer semestre parece agotado y el riesgo de entrar en una fase de estancamiento prolongado se vuelve cada vez más evidente.