¿Quién sos cuando liderás?
El liderazgo no se mide solo en resultados. Se forja en el modo de observar, de conversar y de actuar. Un viaje hacia el observador que somos cuando estamos al frente.
SOCIAL


Liderar una empresa, un proyecto o una comunidad es mucho más que ocupar un cargo. Es mucho más que definir estrategias, planificar procesos o alcanzar metas. Liderar —en su sentido más profundo— es un acto de humanidad. Y como todo acto humano, se nutre del modo en que cada líder mira, siente y conversa con el mundo.
Desde la perspectiva de la ontología del lenguaje, desarrollada por Rafael Echeverría, entendemos que cada persona es un observador único. No vemos las cosas como son, sino como somos. Y ese observador —con sus creencias, emociones y lenguaje— es el que lidera. Por eso, dos líderes ante un mismo contexto pueden tomar caminos completamente distintos. No por falta de capacidad técnica, sino por cómo interpretan la realidad.
En los talleres que realizamos, suelo invitar a los líderes a detenerse y preguntarse:
¿Quién soy yo cuando lidero?
Es una pregunta incómoda. Nos enfrenta a nuestras zonas ciegas, a nuestros automatismos, a esas emociones que muchas veces gobiernan sin que lo notemos. ¿Lidero desde el miedo al error? ¿Desde el entusiasmo genuino? ¿Desde la necesidad de control? ¿Desde la apertura al aprendizaje?
En un mundo donde la incertidumbre es la única certeza, el liderazgo que necesitamos no es el del héroe solitario, sino el del conversador consciente. Aquel que sabe escuchar antes de actuar. Que entiende que el poder no radica en imponer, sino en construir conversaciones generativas. Que lidera equipos no solo hacia el resultado, sino hacia el crecimiento conjunto.
Cada día, en cada interacción, elegimos desde qué observador vamos a liderar. Y esa elección define el tipo de cultura que sembramos en nuestras organizaciones.
Si queremos construir industrias humanas, innovadoras y sostenibles, el primer paso es hacia adentro. Es reconocer quiénes somos cuando lideramos. Y desde allí, diseñar el tipo de liderazgo que nuestro tiempo reclama: ético, conversacional, emocionalmente consciente.