Río Cuarto 239 años

En su 239º aniversario, Río Cuarto enfrenta el desafío de transformar su potencial en desarrollo sostenible. Una ciudad universitaria y de servicios que busca equilibrar identidad, innovación y equidad social. (Fuente: Consejo Económico y Social de Río Cuarto – CeCRE, 2025)

SOCIAL

GloCal

Río Cuarto cumple 239 años y el aniversario invita a mirar más allá de la efeméride. La ciudad que nació como posta y frontera del comercio interior se convirtió en polo educativo, financiero e industrial del sur cordobés. Pero hoy, en un mundo interconectado, la identidad local se mide también por su capacidad de integrarse a las dinámicas globales sin perder su sentido de comunidad.

El diagnóstico del Consejo Económico y Social de Río Cuarto – Centro de Estudios CeCRE muestra una realidad compleja: más de la mitad de los hogares experimenta pobreza multidimensional (54,6%), mientras que el 56,8% de las personas en edad activa tiene empleo, concentrado mayoritariamente en servicios (58,6%) y comercio (22,9%). La ciudad crece, pero su estructura económica revela fragilidades. Se sostiene en actividades de baja productividad, con un núcleo industrial que, aunque estratégico, no logra expandirse al ritmo de su potencial regional.

En el siglo XXI, el desarrollo no se mide solo por el PBI local o la cantidad de empresas, sino por la capacidad de generar bienestar inclusivo. Río Cuarto tiene un ecosistema universitario potente, un tejido empresarial diversificado y una posición geográfica privilegiada. Pero también arrastra desigualdades estructurales: barrios periféricos desconectados, trabajo informal, acceso desigual a la educación y brechas digitales que limitan la movilidad social.

Desde una mirada glocal, el desafío es claro: relocalizar el desarrollo. Articular saberes y recursos locales con las redes globales del conocimiento, la innovación y la economía verde. Fortalecer la ciencia aplicada al territorio, la producción sustentable y las políticas públicas de inclusión.

Celebrar 239 años no es solo conmemorar la historia, sino proyectar un nuevo pacto urbano. Una ciudad que cuide su patrimonio, impulse su industria del conocimiento y garantice oportunidades para todos sus habitantes puede transformar la pobreza estructural en prosperidad compartida.

Río Cuarto tiene las condiciones. Lo que necesita ahora es una visión común que haga del aniversario un punto de inflexión y no solo un número en el calendario.