Rocca volvió a la UBA para hablar de industria y futuro
El CEO de Techint visitó la Facultad de Ingeniería de la UBA tras más de 15 años. En un encuentro con 300 estudiantes, llamó a reconstruir el diálogo entre industria y conocimiento, con un mensaje sobre innovación, sostenibilidad y desarrollo productivo nacional.
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Volver a la universidad pública puede ser un gesto político, incluso antes que empresarial. Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint, lo entendió así al cruzar las puertas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. Quince años después de su última visita, eligió un formato poco habitual: sin protocolo, sin estrado, rodeado de jóvenes sentados en el piso, compartiendo la clase y las preguntas.
“Para fortalecer una estructura industrial hace falta diálogo”, dijo ante más de 300 estudiantes, en un auditorio repleto que combinó curiosidad y asombro. Habló de innovación, inteligencia artificial, transición energética y de la necesidad de una política industrial sostenida. Mostró videos de obras en Chile y habló del futuro de la energía y el acero con un tono más de docente que de CEO.
La escena —el empresario más poderoso del país sentado en el suelo de la UBA— recorrió las redes y los medios como una postal inesperada. Pero detrás de la anécdota hay un mensaje que atraviesa la coyuntura: la necesidad de volver a tejer los vínculos entre producción, conocimiento y desarrollo.
Desde Glocal, este gesto se lee como un síntoma. La Argentina industrial necesita nuevas narrativas que unan la inteligencia tecnológica con el aprendizaje colectivo. Rocca habló del rol de los ingenieros, pero el eco de su discurso resonó más allá: en la idea de que no hay competitividad sin educación, ni sostenibilidad sin ciencia aplicada.
La UBA, en tanto, se convirtió por unas horas en un laboratorio simbólico donde la industria y la universidad dejaron de mirarse con desconfianza. Entre pizarras, planos y proyecciones, lo que se ensayó fue algo más que un encuentro: fue la posibilidad de imaginar una agenda común para el desarrollo.
Quizás por eso la imagen de Rocca en el piso no fue casual. En un país donde los discursos suelen ir por un carril y las aulas por otro, sentarse en el mismo nivel que los estudiantes fue una forma de decir que la industria argentina —para volver a levantarse— necesita volver a escuchar.