“Te he amado” el primer mensaje de León XIV
La primera exhortación apostólica del Papa León XIV, Dilexi te, retoma el legado inconcluso de Francisco y proclama un mensaje de continuidad: el amor hacia los pobres como núcleo del cristianismo y principio moral frente a las desigualdades del siglo XXI.
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El 4 de octubre de 2025, el Papa León XIV publicó su primera carta apostólica, Dilexi te (“Te he amado”), un texto que inaugura su pontificado con un gesto simbólico: colocar el amor hacia los pobres en el centro del cristianismo contemporáneo. Lejos de ser un documento de cortesía doctrinal, la exhortación se inscribe en la línea espiritual de Francisco y prolonga su encíclica Dilexit nos, sobre el amor divino y humano del Corazón de Cristo.
En un contexto global marcado por la desigualdad, León XIV afirma que “en los pobres el Señor sigue teniendo algo que decirnos”. La carta propone una lectura del Evangelio que trasciende la beneficencia y se convierte en una llamada política y moral: mirar el sufrimiento no como una estadística sino como una forma de revelación. “El contacto con quien no tiene poder ni grandeza”, escribe el pontífice, “es un modo fundamental de encuentro con el Señor de la historia”.
Dilexi te no es sólo un homenaje a los marginados, sino también una advertencia al sistema económico actual. El Papa denuncia la “cultura de la acumulación” y el espejismo de una felicidad basada en el consumo, alertando sobre una “burbuja de élites confortables” que convive con millones de excluidos. En su tono se percibe el eco del pensamiento social de la Iglesia latinoamericana y del magisterio de la opción preferencial por los pobres, nacida en Puebla y revitalizada ahora en un contexto global.
El documento se apoya en un hilo bíblico y humanista que atraviesa toda la tradición cristiana: desde la zarza ardiente del Éxodo hasta las bienaventuranzas de Mateo. León XIV, teólogo de raíces franciscanas, reinterpreta la pobreza como una vía de comunión, no como renuncia. En su visión, la Iglesia debe “caminar pobre con los pobres”, no como espectadora, sino como compañera de destino.
Con Dilexi te, León XIV no inaugura sólo un pontificado, sino una pedagogía del amor activo. En un mundo saturado de discursos sobre la pobreza, el nuevo Papa propone volver a lo esencial: la ternura como forma de justicia, la compasión como principio político y el amor como fuerza civilizatoria.
