VALORES EN ACCIÓN

Con eje en los valores Adriana Oliva, una de las representantes legales del Colegio La Merced, lidera un ambicioso proyecto transversal de educación que ya inspira a otras instituciones. Con visión pedagógica y compromiso social, impulsa una transformación que pone en el centro el respeto, la empatía y la responsabilidad como pilares del aprendizaje.

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—¿Cómo nació la iniciativa de implementar un proyecto transversal de educación en valores en el Colegio La Merced y qué rol tuvo usted en su gestación?

Esta iniciativa se enmarca en el Proyecto Institucional de Convivencia, al que llamamos “institucional” porque involucra a los tres niveles educativos del colegio. Tras varias reuniones con el equipo directivo, surgió la idea de bautizarlo Valores en Acción, ya que, si bien los valores siempre han estado presentes, entendimos que es necesario ponerlos en movimiento y fortalecerlos, articulándolos de manera intra e interinstitucional. Luego, los directivos comenzaron a trabajar con docentes y estudiantes, y así, a partir del año 2025, el Colegio La Merced se propuso generar espacios y tiempos flexibles para continuar trabajando los valores, con la participación activa de todos los actores de la comunidad educativa, además de promover la corresponsabilidad entre la escuela y la familia. Desde el inicio, mi rol fue y sigue siendo acompañar a los directivos en la formulación e implementación del proyecto, trabajando junto a los docentes y con la aprobación de la Comisión Directiva.

—¿Qué impacto concreto ha tenido el proyecto en la convivencia escolar y en el desarrollo personal de los estudiantes?

El impacto más visible fue el lanzamiento del proyecto, para el cual convocamos al prestigioso periodista de TN, Gonzalo Aziz. En ese evento participaron estudiantes, familias y autoridades municipales. A partir de allí, se desarrollaron distintas propuestas didácticas significativas sobre valores en los espacios curriculares de los tres niveles educativos, siempre con un enfoque transversal. Además, cerramos el primer cuatrimestre con una muestra titulada Arte y Valores, que dio visibilidad a todo lo trabajado.

—¿Cuáles fueron los principales desafíos que enfrentaron al integrar los valores en todas las áreas curriculares y cómo los superaron?

El desafío central fue abrir de manera sostenida y permanente espacios de diálogo, interacción, reflexión compartida y trabajo colaborativo, en el marco de lo que llamamos La Escuela Posible. Estos espacios son fundamentales para enseñar y desarrollar competencias en cada disciplina. Integrar los valores a lo largo del currículo requiere tiempo, compromiso y una disposición activa al trabajo en equipo.

—¿Qué mensaje le daría a otras escuelas e instituciones que desean avanzar en esta dirección y qué aprendizajes institucionales destacaría del camino recorrido?

El mensaje sería claro: trabajar en valores fortalece el vínculo entre la escuela y la familia, algo cada vez más necesario. Los animo a innovar con propuestas atractivas, donde el estudiante sea el verdadero protagonista. En cuanto a los aprendizajes institucionales, destacaría la importancia del trabajo en equipo, que debe ser cotidiano y constante. Es posible. Fundamentar un Proyecto de Educación en Valores con el propósito específico de mejorar institucionalmente es clave. Su importancia se justifica desde múltiples perspectivas: pedagógica, social y psicológica.