Los cimientos del futuro

En nuestra tercera entrega de GloCal analizando la publicación Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial 2025, exploramos la base sobre la que se construye el desarrollo digital de la región: infraestructura, datos y talento humano, los pilares del futuro tecnológico latinoamericano.

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En América Latina, la inteligencia artificial no empieza en los algoritmos: empieza en los cables, en las aulas y en los servidores. La primera dimensión del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2025 —Factores Habilitantes— mide justamente eso: la base material y humana que hace posible el desarrollo tecnológico.

Según el informe de la CEPAL y el CENIA, la región mejora su conectividad, pero sigue mostrando grandes asimetrías. Once de los diecinueve países aún no superan los 50 puntos en infraestructura digital. Brasil concentra más del 90% de la capacidad de cómputo de alto rendimiento, mientras que Uruguay y Colombia destacan en GPU per cápita. En contraste, más de la mitad de los países carece de infraestructura crítica, lo que refuerza un mapa desigual: unas pocas naciones con acceso a la nube, y muchas aún buscando señal.

El segundo pilar es el dato, la materia prima de la inteligencia artificial. América Latina produce enormes volúmenes de información, pero poca está disponible de forma abierta o estandarizada. Sin interoperabilidad ni gobernanza clara, los datos se vuelven islas. Esta escasez de disponibilidad no solo frena la innovación científica y empresarial, sino que también limita la transparencia de los gobiernos y la posibilidad de diseñar políticas basadas en evidencia.

El tercer pilar es el talento humano. El ILIA advierte una paradoja: la alfabetización digital crece, pero la especialización decrece. La región forma cada vez más usuarios y menos desarrolladores. Solo seis países incorporan la IA en los currículos escolares, y once no cuentan con doctorados en la materia. Costa Rica es la excepción: lidera en habilidades profesionales en IA, demostrando que la planificación educativa puede ser una política de competitividad.

Desde una mirada GloCal, los Factores Habilitantes no son un capítulo técnico, sino una metáfora estructural. Sin infraestructura soberana, sin datos abiertos y sin talento propio, no hay independencia digital posible. América Latina puede seguir importando herramientas, pero sin cimientos sólidos —energía, educación, ciencia y conectividad— su inteligencia artificial seguirá siendo prestada. El desafío, más que tecnológico, es político: transformar los cimientos en estrategia, y la conectividad en desarrollo.

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